En la actualidad las salas en México atraviesan un proceso de digitalización; las proyecciones están almacenadas en discos duros con capacidades desde 100 GB para películas cortas hasta 267 GB en películas como Avatar.
La evolución del entretenimiento en casa empuja a las salas de cine a innovar en su tecnología para ofrecer nuevas experiencias en el espectador, que le permita vivir circunstancias que en la vida real son imposibles, como saltar al vacío sin amarres, estar en la guerra, volar en un animal, estar en otras épocas, formar parte de una animación o en la explosión de un lugar.
Luis Villavicencio, director de Marketing de Cinépolis, mostró el corazón y cerebro que da vida a salas 4DX, lo último en tecnología para cine. Para una sala 4DX se requieren dos servidores administrados por un software que permite empatar la proyección de la imagen con los movimientos de las butacas y el ambiente de la sala para vivir cada escena de la película.
Las películas están en discos duros con la información de la película encriptada, se coloca en el servidor que la procesa y es el único que puede leer la información, cada película está destinada a una sala determinada, si cualquier persona lograra llevarse ese disco duro no podría leerlo en otra sala, aunque pertenezca a la misma empresa.
Los desarrolladores de esta tecnología, la empresa coreana CJ CGV, mandan una lista con los efectos minuto a minuto para que se sincronicen los movimientos de las butacas.
4Dx más real
“Para llegar al 4DX tomamos nuestra sala más grande, la MacroXE que tiene sonido digital de 7.1 canales y un proyector de gran desempeño que genera más de 23 mil lúmenes”, dijo Villavicencio.
A esta sala incorporaron butacas, desarrolladas por la empresa coreana CJ CGV, con un costo de 5 mil dólares y media tonelada de peso cada una. Estas butacas generan movimiento: enfrente, atrás, izquierda, derecha, arriba, abajo y una combinación de los mismos.
“Además del movimiento, en el respaldo de la butaca hay tres salidas, una de ellas genera aire a presión acompañado por un búfer para cuando haya un disparo o una explosión sentir que ocurrió cerca; la otra salida es de agua, si en la escena hay una tormenta o charcos en una guerra naval, el agua te salpica al rostro continuamente. La tercer salida es de esencias con olor a sangre pólvora o flores, dependiendo de la escena”, explicó Villavicencio.
El tiro de pantalla es de 23.3 metros, mide 20.75 metros de largo por 11.31 metros de alto.
En el resto de la sala están integrados entre 20 y 30 ventiladores de alta potencia, para simular caídas al vacío. Cuentan con estrobos para apoyar los fuegos artificiales o explosiones; hay máquinas de niebla al frente de la sala que se usan en películas de terror y de suspenso.
En la sala de proyección tienen los amplificadores 800, son otros servidores que controlan el sonido de las bocinas que están a la altura de la butaca, tienen capacidad hasta 7.1 canales pero todavía no hay películas con esta capacidad.
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